Al cumplir con las medidas de seguridad básicas, se debe tener un espacio de trabajo abierto, con el fin de que los gases que se liberan al soldar un producto de acero no causen alguna intoxicación al personal que trabaja. Es ideal que se trabaje en una zona delimitada para esta labor en específico, que cuente con una salida de emergencia, y que no tenga objetos flamables que puedan causar un accidente.

El cumplir con lo anterior, se procede a limpiar el PTR con alguna solución química para acero, que se encargue de eliminar las impurezas del producto. Al limpiar el PTR se asegura un mejor resultado, pues al no existir la rebaba en los bordes, se consiguen mejores uniones mediante la soldadura.

Por último, se requiere de un soldador experimentado, que conozca los límites del grosor del PTR, ya que al ser delgado, es común que los más novatos traspasen el producto y le produzcan huecos o daños que no puedan revertirse.